Terriers brasileños

Impresión general

Tamaño mediano. Un perro elegante y equilibrado, de complexión sólida pero no demasiado pesada. El marco cuadrado tiene líneas curvas.

Aspecto

Tamaño: Machos 35–40 cm, Hembras 33–38 cm

Pelaje: Liso y corto.

Color: El color base predominante es el blanco con manchas negras, azules, marrones o isabela. Las siguientes marcas de color típicas y propias de la raza siempre deben estar presentes: marcas de color marrón rojizo sobre los ojos, a cada lado del hocico y en los bordes y el interior de las orejas. Estas marcas de color marrón rojizo también pueden encontrarse en otras partes del cuerpo, entre las áreas blancas y coloreadas. La cabeza y las orejas deben ser siempre de color negro, azul, marrón o isabela; Puede haber una mancha blanca en la cabeza y marcas blancas tan simétricas como sea posible, preferiblemente en la frente y los lados del hocico.

Cabeza: Triangular vista desde arriba, ancha en la parte posterior del cráneo y estrechándose claramente desde los ojos hacia la nariz. Las orejas están muy separadas. Visto de lado, la línea superior del hocico se eleva ligeramente desde la punta de la nariz hacia la frente, más claramente entre los ojos, y el cráneo se curva ligeramente hacia el occipucio.

Ojos: Situados a medio camino entre el occipucio y la nariz, bien separados, la distancia entre los ángulos externos de los ojos es la misma que la distancia desde el ángulo externo del ojo.

Orejas: Situadas a los lados del cráneo, alineadas con los ojos y muy separadas, enfatizando el ancho del cráneo. Las orejas son triangulares, puntiagudas y semierectas, con la punta de la oreja doblada hacia el ángulo externo del ojo.

Cola: Cortada naturalmente o en toda su longitud, sin llegar por debajo del corvejón. Fuerte y de baja altitud. La cola entera se lleva ligeramente hacia arriba pero no se enrosca sobre la espalda.

Personaje

Vivaz, atenta, activa y entusiasta; Amable y gentil con los conocidos, reservado con los extraños.

Historia y propósito

En el siglo XIX y principios del XX, muchos jóvenes brasileños estudiaron en universidades europeas, especialmente en Francia e Inglaterra. A menudo, estos jóvenes se casaban en el extranjero y, cuando regresaban con sus familias a sus granjas de origen, sus esposas traían consigo pequeños perros tipo terrier. Los perros pequeños se adaptaron a la vida en la granja y se cruzaron con perros locales. De esta manera se formó un nuevo tipo de perro, cuya apariencia se fue consolidando a lo largo de varias generaciones. A medida que avanzaba la urbanización, los grandes centros de crecimiento comenzaron a atraer a los agricultores con sus familias y trabajadores. Luego estos perros tuvieron que experimentar otro cambio ambiental.

En Brasil, los terriers brasileños se utilizaban para la caza menor y como perros guardianes y de compañía.